jueves, 2 de junio de 2016

25 de Iyar, 5776
40 días del Omer
   
 
ובצלעי שמחו ונאספו...קרעו ולא דמו

En el texto que describe onaat debarim, causar daño a otra persona a través de nuestras palabras, la Guemará trata el tema de alguien que humilla a otro individuo en público.   Como ya lo explicamos, los Sabios vieron este caso con tanta seriedad que dijeron que quien humilla a otra persona en público pierde su parte en el mundo por venir.

Para ejemplificar,  la Guemará nos recuerda el caso de David haMelej, el rey David. David se arrepintió completamente de lo que ocurrió con Bat-Sheba. HaShem castigó a David, (no le permitió a David que construyera el Bet haMiqdash, que era su máximo anhelo) pero su Teshubá, su arrepentimiento, fue aceptado por HaShem.

Lo ocurrido con David es un ejemplo de uno de los casos de onaat debarim que la Guemará discutió con anterioridad:  el de un hombre que, si bien actuó incorrectamente, ahora es un ba'al teshuba, una persona rehabilitada. Y recordarle a una persona así sus transgresiones del pasado para humillarlo, representa una ofensa muy grave, más aún cuando esto sucede en público.

El Salmo 35 de Tehiilm , citado por la Guemará, es un testimonio de la humillación sufrida por el rey David. En este Salmo David le pide a HaShem Su ayuda para defenderse de sus enemigos.  David tenía dos clases de enemigos: los externos y los internos. Los externos eran por ejemplo, los Filisteos, u otros pueblos vecinos que amenazaban permanentemente la existencia del reinado de David. Estos eran los enemigos nacionales de David.  Por el otro lado estaban los enemigos internos, personas del circulo interno del Rey que conspiraban contra el Rey David dentro de su misma corte (según los Jajamim los líderes de este bando eran principalmente Doeg haEdomí y Ajitofel).  El Salmo 35 se refiere a los enemigos internos de David, como lo da a entender la Guemará y como resulta de un examen superficial del texto. Al leer este Mizmor observamos que David no se refiere a los enemigos convencionales. David no describe un campo de batalla, ni escenas de guerra, ni armas de metal. Sabemos que se trata de sus adversarios politicos porque no hay referencias a espadas que matan sino a palabras que destruyen al Rey o a su reputación. La Guemará cuenta que cuando el rey David se encontraba enseñando Torá, o actuando como Juez emitiendo su veredicto respecto a temas relacionado con pureza o impurezas, sus adversarios lo avergonzaban en público  y le preguntaban : "David , ya que tú sabes tanto de ley judía ¿qué castigo merece un hombre que estuvo con la mujer de otro hombre?"   Evidentemente sus adversarios hacían esta pregunta para provocar, perjudicar y humillar en publico al rey David. El Rey David contestaba con la verdad, a pesar de que se auto-incriminaba, acerca de la seriedad de esa ofensa, lo cual por supuesto incrementaba su dolor y su vergüenza.

Pero David también amonestaba a sus adversarios y les explicaba que mientras su gravísima transgresión pudo ser expiada, el daño causado por avergonzar a alguien en público, no es reparable...

Una vez más los Sabios nos dan a entender, literal o metafóricamente,  la extrema gravedad de humillar a alguien en público y nos urgen a evitarlo, a toda costa.




לעילוי נשמת 
En memoria del Dr. Jacobo Muhafra z"l,  יעקב בן בדיא  fallecido el pasado 19 de Iyar.    
 

 
 

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Rab Yosef Bittón
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