viernes, 11 de septiembre de 2015

  Halaja of the Day 
27 de Elul , 5775
 
Tú eres un científico.  Un INVERSIONISTA poderoso y rico está dispuesto a invertir un millón de dólares anuales en ti. Tu misión es encontrar la cura a una enfermedad mortal. Él confía en ti. Él cree que tú puedes encontrar la cura, y Él te da el dinero que necesitas por un año. En doce meses se reunirá de nuevo contigo para examinar tu progreso. Él no espera que tú encuentres la cura en un año...  está dispuesto a seguir invirtiendo en ti por el tiempo que sea necesario. Para hacer eso, sin embargo, Él debe asegurarse de que tú estás progresando y estás haciendo todo lo posible para encontrar la cura. 
 
Cuando te reúnas nuevamente con el INVERSIONISTA tendrás que demostrar que no has desperdiciado su dinero o su tiempo en distracciones. Y que si cometiste algún error (probablemente te equivocaste más de una vez!) eres capaz de admitirlo. En el momento de la reunión anual con el INVERSIONISTA deberás identificar tus fallas y articularlas frente a Él. Cierto, es muy incomodo, pero es la única forma de estar seguro que no repetirás los mismos errores el próximo año. Más aún, el INVERSIONISTA sabe que precisamente esos errores, cuando los reconoces, tienen el potencial de acercarte más a encontrar la cura. Por otro lado, si niegas tus errores y no eres capaz de mirar hacia atrás y detectar dónde has fallado, es probable que vuelvas a cometer los mismos errores el próximo año ... Y si eso pasa, te conviertes en una "inversión de riesgo". Él podría retirar su dinero y buscar una inversión más segura. 
 
HaShem es el INVERSIONISTA. Nosotros somos Su inversión. Él nos dio nuestras vidas y todo lo materialmente necesario para alcanzar nuestras metas espirituales.  Él espera que hagamos un buen uso de los numerosos recursos que generosamente nos concedió . Nuestra salud, nuestra sabiduría,  nuestros talentos.  Él tiene grandes expectativas de nosotros. Porque cada uno de nosotros tiene el potencial de hacer un gran impacto positivo en Su mundo, mejorar nuestras propias vidas y las vidas de los demás. 
 
Cada año, en Rosh Hashaná, el día que se conmemora la creación del hombre (=el inicio de esta relación INVERSIONISTA - inversión) nos reunimos con nuestro INVERSIONISTA para darle un reporte de nuestro progreso. 

 
Cuando oímos el Shofar debemos escuchar la voz de nuestro INVERSIONISTA preguntándonos: "¿Qué has hecho con todos los recursos que te di este año? ". Hay que tener en cuenta que el capital para el próximo año no se renueva automáticamente. Más bien, está sujeto a nuestros logros durante el año que pasó.  Tenemos que demostrar a nuestro INVERSIONISTA que no hemos desperdiciado ni Su dinero ni Su tiempo. Y que somos capaces de identificar nuestros errores y aprender de ellos. 
 
En Rosh HaShaná debemos convencer a HaShem de que somos una inversión rentable. O, por lo menos, que podremos llegar a serlo en este nuevo año que comienza
 

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