miércoles, 24 de febrero de 2016

15 de Adar I, 5776
SHUSHAN PURIM QATÁN

Ayer explicamos que Tejiyat haMetim, la creencia en la resurrección, es el último de los 13 principios de la fe judía. 

Dijimos que de acuerdo al judaísmo, de la misma manera que la creación de la vida, descrita durante el Quinto Día de la Creación, es un acto Divino que no puede explicarse en términos científicos, Tejiyat haMetim, la restauración de la vida,  es prerrogativa exclusiva de la intervención divina. 

Hoy continuaremos nuestra contención de que no existe ninguna explicación científica que justifique la aparición de la vida en nuestro planeta, y a partir de allí entenderemos mejor la profundidad de la idea de Tejiyat haMetim.  


(Continuación...) 

....El eximio científico inglés, Fred Hoyle  (1915-2001) formuló también una analogía dramática para ilustrar la imposibilidad de la teoría de que la vida haya surgido espontáneamente a partir de la materia inorgánica: "Imaginen un tornado pasando a través de un depósito de chatarra. E imaginen que luego de que el tornado pasó, vamos a ese depósito y encontramos un avión Jumbo ,un Boeing 747, que se ha formado y ensamblado al azar gracias al tornado, que de alguna manera combinó de una manera perfecta, todas las piezas que había en el depósito".  
Para Hoyle la probabilidad de que la vida haya aparecido espontáneamente a través de procesos aleatorios es igual a la probabilidad que ese avión se haya ensamblado de casualidad, al paso de un tornado por un depósito de chatarra. 

El surgimiento de la vida es un fenómeno Divino que el ser humano no puede explicar ni imitar.  Los seres vivos fuimos creado con un milagroso mecanismo que nos permite reproducir-nos, pero irónicamente no podemos re-producir la vida fuera de nosotros mismos, a partir de átomos.   

Si el origen de la vida pudiera ser explicado en términos científicos, la vida podría ser producida a partir de material inorgánico en un laboratorio, y viceversa.  

Sin embargo, aún en nuestros día, cuando la ciencia ha avanzado tanto, y cuando ya conocemos los secretos y los códigos del ADN, y podemos curar y prolongar la vida, y aprendimos a manipular células y modificar genes en laboratorio, y a desarrollar inteligencia artificial, y aplicar las técnicas de nanotecnología al ADN, es imposible crear un ser vivo a partir de átomos. 

Esa infranqueable frontera entre lo humano y lo Divino incluye un elemento más, muy parecido a la generación de la vida. Esto es, Tejiyat haMetim, "restaurar la vida" a un cuerpo sin vida.  

Me explico: como ya lo indicamos, es imposible re-crear un ser vivo, digamos un mosquito (un mosquito real, no un robot mosquito!) a partir de materia inorgánica. Entre otras razones, porque sería demasiado complejo armar y ensamblar su cuerpo, sus órganos, su cerebro, etc.   Pero que pasaría si le diéramos a un biólogo equipado con el laboratorio más moderno del mundo, un mosquito con su cuerpo entero y completo.... ¿qué fue declarado muerto, "de causas naturales", hace solamente 5 segundos atras?. 

¿Podrá algún científico devolverle la vida a este mosquito aunque todos sus órganos estén completos y todas la conexiones entre los órganos y los sistemas fisiológicos del mosquito siguen en su lugar?  ¿Podrá un ser humano alguna vez practicar, no ya la re-producción de la vida sino algo aparentemente más sencillo: la restauración de la vida o Tejiyat haMetim?  La respuesta judía es NO.   El 13er principio incluye la creencia que Tejiyat haMetim es también una frontera infranqueable que separa a lo humano de lo Divino. 
  
Nosotros, los seres humanos hemos avanzado en nuestra comprensión y control del fenómeno llamado "vida", y ya somos capaces hasta de clonar la vida. Sin embargo, Tejiyat haMetim, la restauración de la vida, es una prerrogativa exclusiva de HaShem, el Creador de la vida. 

  
Rab Yosef Bittón
Comunidad Ohel David UShlomo
710 Shore Boulevard, Brooklyn, NY. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario