jueves, 24 de julio de 2014

“Múltiples universos vivos” en el Centro Experimental del Color
 
El viernes 25 de julio a las 20.30, quedará inaugurada la muestra de la artista plástica Roxana Biaggini, en el espacio cultural ubicado en el ala oeste de la Estación Belgrano (Bv. Gálvez 1150). La exposición podrá visitarse hasta el 18 de agosto, con entrada libre y gratuita. Organiza Gobierno de la Ciudad.
 
La artista plástica Roxana Biaggini presentará la muestra “Múltiples universos vivos”, en el Centro Experimental del Color (Bv. Gálvez). El próximo viernes a las 20.30, la exposición quedará formalmente habilitada para permanecer en el espacio cultural de la Estación Belgrano hasta el 18 de agosto. Con entrada libre y gratuita, se podrá recorrer la propuesta de lunes a viernes de 8 a 12 y de 16 a 20, y los sábados y domingos de 17 a 20.
Este conjunto de obras, con curaduría de Nilda Marsili, se compone de dibujos y ‘pinturas dibujadas’ con acrílicos y tintas. Conceptualmente, esta producción parte de la noción de “multiversos”, que la artista desarrolla en el texto ‘Algunos Universos que existen’: “Generalmente la palabra Universo describe, como término absoluto, ‘todo’ aquello que conocemos, pero si el límite está dado por el grado de conciencia, resulta evidente la  imposibilidad de abarcarlo todo en una misma visión. Así surge la idea de multiversos, estructuras más amplias que contienen múltiples naturalezas existentes. De este modo, la idea de Universo como organización totalizadora se vuelve insignificante, porque se presenta solo como una pieza más, colocándonos en una situación de pequeñez  e  indefensión perturbadora para algunos, o reveladora para otros”.
 
‘Multiversos’
“Las estructuras atómicas, moleculares, celulares y orgánicas, son similares a las formaciones que conocemos como planetas, sistemas solares, galaxias, universos; por lo tanto colocarlas en una misma escala, nos remite a la idea de vidas dentro de vidas, existencias dentro de organismos, diversidad de inteligencias dentro de sistemas que están en constante movimiento, cambio, evolución, muerte y regeneración”, agrega. Para explicar luego que “el uso del círculo no es casual, representa la forma perfecta, inagotable, sin inicio ni fin, sin cortes abruptos ni esquinas vertiginosas, contenedora de vida, la rueda que no se detiene, la forma más económica con la que la naturaleza resuelve sus procesos”.
Esta particular visión que aporta la artista incorpora elementos en los que se vislumbra “el paso del hombre” y su necesidad de conjurar la multiplicidad de universos posibles: “ordenamientos como arriba cielo, abajo tierra, siluetas en fila, aparecen tapados e invadidos por una multitud de organismos vivos que le demuestran constantemente que su necesidad de concebir un orden físico y metafísico, es solo una proyección imaginaria para contener su incertidumbre. Esta aparición mínima imita la proporción infinitesimal de existencia humana, dentro del inmenso campo de espacio-tiempo que tiene lo que conocemos como nuestro cosmos”.
“Los universos nacen, viven y mueren, fueron, son y serán a pesar del hombre”, concluye la artista.
 
Sistema vivo
Sobre esta “superabundancia de posiblidades para el universo”, que se pone ante el espectador, la curadora de esta muestra reflexiona: “Hacia pequeños universos microscópicos nos conduce Roxana Biaggini. Universos imaginarios, sistemas biológicos llenos de vida en permanente transformación. Procariotas, eucariotas, protozoos, algas unicelulares, duplicándose, fagocitando, expulsando micro-partículas, esporos y vacuolas, moviéndose sin descanso en un tiempo imaginario, en un tiempo circular.
Como la vista de una gota de agua al microscopio, un micro-cosmos brillante, lleno de vida, moviéndose frente al espectador”.
“Como ocurre espontáneamente en la naturaleza, patrones geométricos que se van repitiendo desde lo más pequeño hacia lo mayor, como nuestro universo, construido de estrellas… más estrellas… agrupaciones masivas de estrellas… hasta formar un cúmulo de galaxias. Así ocurre en los círculos de Biaggini, célula… mas célula… hasta convertirse en un sistema vivo, repitiéndose geométricamente una y otra vez, de menor a mayor, siguiendo la naturaleza fractal”, graficó en un texto escrito especialmente para presentar esta propuesta.
“A lo largo de una trayectoria circular en un tiempo imaginario, un sistema estará siempre en el punto de partida que coincide con el punto final, y todo vuelve a empezar dándole un sentido mágico a las cosas”, concluye Marsili.

 

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